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Eurovisión desde 1956 hasta 2022, una historia musical

  • Foto del escritor: Eurovisión News by JuanangoleNews
    Eurovisión News by JuanangoleNews
  • 27 dic 2022
  • 3 Min. de lectura

En 1969 el certamen europeo sufrió por primera y única vez un empate entre países, en 2020 no se celebró la competición por una pandemia mundial

Foto: EBU

 

En 1969, España se había volcado en la organización del evento, para el que se invirtió 100 millones de las antiguas pesetas con expectativas de crear un espectáculo sin precedentes que llegaría a una audiencia potencial de 500 millones de espectadores, ya que el festival no sólo fue emitido en los 16 países participantes, sino que también fue emitido en países como Brasil, Chile, Puerto Rico, la Unión Soviética, Marruecos, Túnez, Polonia, Rumanía, etc.


Para este evento, TVE designó a Ramón Díez como realizador de la gala, y a Arthur Kaps, jefe del Departamento de Festivales, como productor. Arthur Kaps y Juan José Rosón, director general de TVE, se encargaron además de coordinar toda la organización del certamen. Era la primera vez que España retransmitía en directo un programa a color y, para ello, TVE invirtió en las mejores tecnologías del mundo audiovisual. Paradójicamente, los españoles tuvieron que verlo en blanco y negro debido a que en nuestro país no se habían comercializado los televisores a color por aquel entonces.


Salvador Dalí, uno de los máximos representantes del surrealismo, fue designado por Fraga para diseñar toda la publicidad relacionada con el Festival de Eurovisión. Algo que fue muy criticado por intelectuales europeos, ya que el artista, que en su juventud había estado relacionado con el anarquismo y el comunismo, ahora trabajaba y mostraba simpatía por el régimen fascista. Era la primera vez que se hizo un cartel para anunciar el evento.

Debido a que España se encontraba bajo un régimen dictatorial, Eurovisión 1969 se vio envuelto en varias polémicas.


La primera polémica a destacar fue la retirada de Austria del certamen, ya que el país se negaba a enviar a uno de sus artistas a un país bajo un régimen fascista. Austria, a pesar de no participar en el evento, lo retransmitió a través de la ORF.


En Suecia, a pesar de que el país participó en la competición, también se vivieron momentos de tensión. Más de 1500 personas se manifestaron frente a la Embajada Española en Suecia debido al Estado de Excepción que el gobierno franquista había decretado en Enero a causa de los conflictos universitarios y de la progresiva agitación estudiantil que vivía el país. Esto también llevó a que una gran cantidad de artistas suecos se negaran a participar en el Melodifestivalen para no tener que actuar en España.


Tras la interpretación de un estribillo de la canción «La, la, la», ganadora de Eurovisión 1968, por parte de la orquesta, Laura Valenzuela apareció en el escenario, diseñado por Bernardo Ballester y en cuyo centro se encontraba una escultura realizada por Salvador Dalí.

Laura, que presentó el festival en español, francés e inglés, se atrevió a dar las buenas noches a todos los países participantes en sus respectivos idiomas antes de dar paso a la primera competición, no sin antes mostrar la tabla de votaciones y recordar que ganaría la canción «que haya obtenido mayor número de votos», a la que felicitó de antemano sin llegar a imaginar el inesperado final de la competición.


Los comentarios de la retransmisión de TVE corrieron por vez primera a cargo de José Luis Uribarri, quién se convertiría en la voz mítica de las retransmisiones de Eurovisión en España. Miguel de los Santos fue el encargado de comentar el festival a través de Radio Nacional de España.


Las votaciones estuvieron moderadas por Clifford Brown y fueron algo lentas debido a diversos fallos en la comprensión de los votos y por algún que otro problema con el marcador. Tras unas votaciones de infarto, el recuento de votos terminó con cuatro países empatados en primer lugar con 18 votos: España, Francia, Países Bajos y Reino Unido.

Tras este inesperado final la incertidumbre se apoderaba del Teatro Real de Madrid. La propia Laura Valenzuela llegó a preguntarle hasta tres veces a Clifford Brown si lo que estaba ocurriendo era normal. El notario de la UER certificó que, tal y como Laura anunció al comienzo del evento, las reglas dicen que ganaría la canción «que haya obtenido mayor número de votos» y, al no haber un punto acerca de qué hacer en estos casos, las cuatro canciones eran nombradas vencedoras. Además, con la victoria de Salomé, sería la primera vez que un país gana dos veces consecutivas el festival.



Por primera vez, el certamen europeo de la canción no se celebraba como tal, Eurovisión tuve que adaptar una gala para que no hubiese contacto entre ningún participante ya que había una pandemia mundial, el COVID-19. Por lo cual, no hubo una competición y ningún país se llevó el Micrófono de Cristal.


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